A modo de aclaración, es cierto que existe un interés por el desarrollo de vehículos terrestres no tripulados en Sudamérica, aunque se encuentra en sus fases preliminares y se enfrenta a los formidables retos que plantea el accidentado terreno de la región.
Al igual que las fuerzas militares de todo el mundo, las fuerzas armadas sudamericanas están explorando el potencial de los vehículos terrestres no tripulados (UGV). Este interés está bien fundado debido a la versatilidad de los UGV, que abarcan diversas funciones que van desde las operaciones de búsqueda y rescate hasta la vigilancia e incluso el combate.
Sin embargo, en Sudamérica, los UGV se enfrentan a un reto de mercado único en comparación con cualquier otra región del mundo. Los escarpados paisajes que predominan en la zona, como la formidable cordillera de los Andes y la extensa selva amazónica, podrían favorecer un enfoque más sencillo. Curiosamente, cuando se trata de sortear estas condiciones, no hay nada como la fuerza de un caballo.
Numerosas unidades del Ejército siguen entrenándose con caballos, mulas y burros. El pasado mes de julio, el Regimiento de Infantería de Montaña Nº 21 del Ejército Argentino realizó un entrenamiento de montaña en la provincia de Neuquén. Del mismo modo, el Grupo de Artillería de Montaña Nº 6 realizó un ejercicio de adiestramiento similar en junio. Asimismo, el Ejército de Chile cuenta con un centro de instrucción de unidades de caballería denominado “Centro de Instrucción de Comandantes de Unidades Montadas”, dependiente de la división de instrucción de caballería blindada.
Miembros del Grupo de Caballería Mecanizada Nº 4 del Ejército ecuatoriano han empleado caballos para patrullar la frontera con Perú dentro de la provincia de El Oro. En una línea similar, el Grupo de Caballería Montada nº 16 del Ejército de Colombia, un escuadrón, junto con el Batallón de Infantería nº 44, ambos dependientes de la Brigada nº 16 de la 8ª División, confían en los caballos para sus operaciones en las extensas llanuras de la región de Casanare.
Según expertos entrevistados por Breaking Defense, hay casos en los que las tradiciones llevan ventaja sobre la tecnología. Gersain Sánchez, ex coronel de infantería del Ejército colombiano, aclaró que aunque los caballos no se emplean en escenarios de combate, resultan valiosos en los llanos orientales colombianos de Casanare. Más allá de las funciones ceremoniales, los caballos se utilizan para patrullar, establecer una presencia destacada del Ejército y, como destacó Sánchez, fomentar vínculos más fuertes entre el Ejército y la comunidad local.
Sánchez considera que la posibilidad de que Colombia adquiera vehículos aéreos no tripulados es improbable debido a la difícil topografía que dificulta su utilización. En la actualidad, las operaciones militares de Colombia que abordan cuestiones de seguridad interna, como la narcoinsurgencia y el crimen organizado, dependen en gran medida de helicópteros para acceder a regiones remotas.
Asimismo, el Ejército peruano emplea caballos para tareas de patrullaje, una práctica observada en el Regimiento de Caballería nº 7, ubicado en Piura, al norte de Perú. Enrique Gargurevich, antiguo coronel de caballería del Ejército peruano, declaró:
“Las desafiantes montañas de los Andes peruanos, que alcanzan altitudes superiores a los cuatro mil metros y se caracterizan por paisajes escarpados, hacen que las operaciones con vehículos aéreos no tripulados sean muy ineficaces en esas zonas”.
Señaló:
“Los fluidos dentro de un UGV, como el agua, se verían influenciados por las frígidas condiciones glaciares encontradas en los Andes, especialmente durante la noche”.
En cambio, Gargurevich, que preside la Academia Latinoamericana de Historia Militar en Lima, destacó que “los caballos y las mulas se han adaptado a estas condiciones climáticas”.
Señaló además que debido a la topografía y a las severas variaciones climáticas de los Andes, sería un desafío para los países andinos de Sudamérica contemplar la utilización de UGVs en esas regiones.
Es importante destacar que existe, de hecho, un interés en el desarrollo de UGVs en Sudamérica, aunque actualmente se encuentre en sus primeras fases. Con el apoyo de la Dirección General de Investigación y Desarrollo (DGID) del Ejército Argentino, la empresa argentina American Robotics está trabajando activamente en un UGV versátil, modular y con orugas llamado “Mula” (que se traduce como “Burro” en inglés). El vehículo pesa 1.300 kilogramos, mide tres metros de largo y ofrece flexibilidad para diversas cargas útiles. Por ejemplo, puede transportar sistemas de combate, camillas para soldados heridos o contenedores de agua y combustible. (La empresa también ha diseñado un UGV para operaciones antárticas conocido como “Skua”).
Asimismo, durante el mes de abril, el centro de pruebas del Ejército brasileño evaluó el THeMIS, un UGV orientado al combate creado por la empresa estonia Milrem Robotics. Además, las empresas internacionales suelen presentar vehículos aéreos no tripulados en ferias de defensa, buscando la participación de los interesados locales. En el momento de redactar este informe, Milrem no ha respondido a la solicitud de comentarios.
Sin embargo, para quienes tienen experiencia de primera mano en la intrincada topografía que caracteriza a partes significativas del terreno sudamericano, la tradición sigue siendo insuperable.