Realizada en Holambra (SP), la feria trae novedades que serán presentadas a una audiencia estimada en 240 mil personas.
Este fin de semana comenzó la mayor exposición de flores y plantas ornamentales de América Latina.
El color de los campos floridos y la perfección de los arreglos están de vuelta en Holambra, en el interior de São Paulo. Fueron dos años de pandemia, sin los autobuses turísticos.
Este Jardín del Edén abre el grifo de la creatividad. Los ambientes están diseñados por paisajistas, arquitectos y decoradores, donde las flores cultivadas por 450 cultivadores son el principal atractivo. Blancas o de colores, decoran ambientes como si se inspiraran en la saga de los inmigrantes italianos.
“Cada pequeño detalle es un cariño en el alma de las personas”, dice Alessandra Gomes Muniz, analista del proyecto.
La mayor exposición de flores y plantas ornamentales de Latinoamérica tiene 30 novedades, lanzamientos que habían sido suspendidos durante la pandemia.
Uno de los sectores más afectados fue la decoración, sin eventos como bodas. En un altar están las flores amarillas, que pronto llegarán al mercado. Rinden homenaje a la selección brasileña, en el año de la Copa del Mundo.

Los colores de Brasil también están en las suculentas, pintadas artificialmente.
“Es una pintura orgánica, y es una técnica que vino de Holanda. Esta es la ‘Semana de la Moda’ de las plantas, entonces lanzamos flores, lanzamos suculentas”, explica participante del evento.
En un desfile están la begonia con manchas plateadas, la flor de 200 pétalos y la celosia, que tiene forma de cerebro, además de un color especial. Las variedades incluso provienen de Australia, como la exótica “pata de canguro”. La noticia se presentará ante una audiencia estimada de 240.000 personas.
“Las flores son emoción, las flores son vida, las flores son color, y eso solo se puede traducir en un evento presencial, entonces hace toda la diferencia”, dice Renato Opitz, director de comunicación de Ibraflor.
La exposición aumenta la ocupación de la cadena hotelera en la región, genera 7 mil empleos y factura R$ 200 millones. El reencuentro con flores es bueno para la economía y sobre todo para el corazón.
“Ahora viendo estas flores, este lugar, ¡guau, ha sido realmente bueno! Aporta una energía positiva”, dice un visitante.